Llegada esta época del año en la que el frio comienza a estar presente en nuestro día a día casi tod@s empezamos a pensar un poco más en fortalecer nuestro sistema inmune y sus barreras frente a cambios bruscos de temperatura y los virus que nos rodean.
Es aquí donde hace especial aparición nuestra protagonista de hoy…la VITAMINA C.
Entre sus funciones principales están la estimulación natural de las defensas de nuestro cuerpo (respalda diversas funciones celulares del sistema inmunológico innato y adaptativo), neutralizar los radicales libres, regenerar la vitamina E y actuar como cofactor de enzimas α-cetoglutarato dioxigenasas. Estas enzimas participan en la síntesis de neurotransmisores, en la regulación de la expresión génica y en el entrecruzamiento de las fibras de colágeno.
Actualmente, la ingesta diaria recomendada (IDR) de vitamina C varía ligeramente entre países, definiéndose distintas recomendaciones según grupo etario, sexo y pertenencia a un grupo de riesgo.
Según expertos en medicina ortomolecular el promedio de las necesidades de vitamina C es de entre 25 y 35 mg por kg de peso corporal, por lo tanto los adultos requieren de más de 2 gr/día, siempre y cuando el estado de salud sea óptimo, en períodos de enfermedad, estrés o embarazo se aconsejaría una dosis más alta para compensar el aumento de la respuesta inflamatoria y la demanda metabólica.
Así mismo es de vital importancia para una correcta absorción el apoyo de ingesta de bioflavonoides (vit.P), son los encargados de impedir su «destrucción».